DULCES ENERGÍAS.

No estamos solos, están entre nosotros…



En lo tangible estamos, en lo concreto, en lo físico, en lo material, pareciera que lo único real es lo percibido por nuestros cinco sentidos.
Nos pasamos la vida luchando por la obtención de bienes materiales, de una u otro forma lo hacemos, por que es inherente a nuestra condición, estamos en un plano material, dentro de un cuerpo físico, con cinco sentidos objetivos, es agradable pensar en una buena estadía el tiempo que estemos acá , solo el equilibrio perfecto de la dualidad nos permite ser exitosos, pensar en el desarrollo de nosotros como individuos permitiendo que la naturaleza fluya armónicamente, la naturaleza es justa, todo se compensa, puedes pensar que no es así, por que no siempre te das cuenta de las señales, pero los momentos difíciles no solo tienen que ver con el desorden, o con la poca previsión, también con esta ley de compensación, el dinero es una energía que debe estar en movimiento, pero no solo en lo que se refiere a nosotros si no también con aquellos que están unos pasos mas atrás que nosotros social y culturalmente, y con aquellos que han perdido sus bienes y necesitan recobrar un sistema de vida perdido, recobrar la dignidad.



También nos enfermamos y nuevamente pensamos en lo físico, sin imaginar siquiera que el desequilibrio de nuestras emociones han provocado la enfermedad.
Está claro que ninguno de nosotros vive una existencia feliz y sin preocupaciones. Cada uno está rodeado por problemas grandes o pequeños: la salud, la casa, el trabajo, los hijos, la soledad, la depresión... El catálogo del malestar humano no tiene límites.
Es justo invocar ayuda para resolver nuestro problema, pero no debemos dejarnos cegar por el problema mismo. Deberíamos tener la capacidad de dejar fuera el egoísmo y pedir ayuda también para otros hermanos nuestros, apesadumbrados a su vez por problemas más grandes que el nuestro.
El egoísmo en el pedir para sí debe ser superado por el altruismo fraterno de pedir también para los otros seres que sufren. La respuesta angélica será rápida y viva, pues nuestro amor (desinteresado o no), nuestras intenciones, aun las más ocultas, son perfectamente visibles en el aura.
Los ángeles están entre nosotros, muy cerca, dispuestos a ayudarnos. Saben acoger cada uno de nuestros más pequeños pensamientos de gratitud y de afecto para con ellos. Están con la misma alegría al lado del sabio que del niño, del iniciado que del lugareño.

ESTA PERSONA NO MURIO.


ESTAN ENTRE NOSOTROS



Cuando hayamos decidido efectuar la elección, ésta será para nosotros una elección de vida. Cuando nuestro corazón y nuestra mente estén abiertos a la realidad de los ángeles, la alegría que de ello se derivará será tan grande que ya no podremos renunciar a ella. Hay, sin embargo, algunas otras cosas que debemos conocer, además de las mencionadas antes.
Son los mismos ángeles quienes hablan por medio de Hodson: “No puedes llamar a los grandes ángeles desde tu ser inferior. Para verlos y escucharlos, debes subir hacia el mundo de ellos. Cuando superes el umbral, verás a la poderosa multitud siempre inmersa en los millares de colores del arco iris...Jesús dijo “Si no os hacéis inocentes como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos”.



Del libro “Llamado a los ángeles”